En este punto, del montaje, debemos hacer una reflexión, sobre algo también muy importante, pero de lo que pocas veces, o de forma soslayada, se habla; las Personas. En algunos casos, el grado de aceptación general para realizar estos trabajos, se mueve en mínimos que debieran ser inaceptables. Y no por las personas en si mismas, que merecen todo el respeto, sino por la falta de formación específica, y necesaria para no transmitir una imagen de falta de especialización, o de inseguridad al usuario. Deberíamos mejorar y:
– Evitar una imagen descuidada, con sensación de falta de profesionalidad y especialización.
– Erradicar la convicción de que lo que se hace esta bien solo porque “se hizo siempre así”.
– Evitar conceptos erróneos, repetidos desde hace años, solo por costumbre, pero sin ninguna base técnica.
– Potenciar el conocimiento de las propiedades más elementales de los productos refractarios que se manejan.
– Formar, y explicar las razones por las que se realizan determinadas tareas.
-Informar al personal, de los errores y/o las fallas en los revestimientos realizados, si se producen,
En este ámbito es de extrema importancia, aquello en lo que estamos obligados a trabajar y ofrecer al Cliente, para esta actividad: Formación Continua, Capacitación Profesional e Imagen Personal; y que esto contribuya, no solo a un mejor hacer de sus tareas, sino también a poner en valor un trabajo muchas veces duro y responsable, que en cambio no disfruta del reconocimiento que merece.